En su nuevo libro, ¿Qué hacer? —síntesis confesa del anterior, Democracia republicana—, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari vuelve a la carga, arremete contra neoliberales y neopopulistas, recrudece su obsesiva crítica a Ernesto Zedillo y quiere convencernos de que su propuesta puede sacar a México del hoyo en que se encuentra (y al que en buena medida él contribuyó a meter).
1. Critica la forma en que han combatido la pobreza los gobiernos de Zedillo para acá y las alternativas de mandatos locales como el de López Obrador en el DF y recomienda ¡“alejarse de los métodos asistencialistas, las dádivas neoliberales y el clientelismo neopopulista”! Lo dice el creador del programa Solidaridad, síntesis acabada de estos tres conceptos que hoy repudia.
2. Al hablar de los adversarios de la propuesta que hará mejor a México, los identifica como: “los neoliberales, los neopopulistas, los intelectuales que sostienen la propaganda de ambos bandos y las presiones que desde el exterior se ejercen sobre los energéticos mexicanos”. Lo dice el hombre en cuyo gobierno comenzó el desmantelamiento sistemático de la industria petroquímica que condenó a Pemex a vivir de la mera venta de crudo, el mandatario que no movió un dedo para reformar el esquema recaudatorio del país para quitarle a la paraestatal la enorme carga fiscal que la pone en desventaja irremontable frente a ese exterior que ejerce presiones.
3. Como apertura de su libro, sentencia que “dos agravios recorren México. La soberanía se ha debilitado. Ése es el primer agravio”. Lo dice el presidente que abrió, de par en par, las fronteras a Estados Unidos y se alió con la Casa Blanca en lo que del norte se fuera necesitando.
4. Y sigue con… “El segundo, que la pobreza se amplía entre la mayoría de los mexicanos”. Lo dice el coautor del “error de diciembre”, el desastre económico de 1994-1995 que desató la crisis que sigue con el récord nacional de producción de pobres.
5. “Mejorar la calidad educativa es ya un asunto de seguridad nacional”. ¿Quién inventó a Elba Esther Gordillo, perdón?
6. Al hablar del modelo político para los tiempos que vivimos, señala que “el viejo esquema del ‘hombre fuerte’ en que la sociedad pone su futuro en manos de un líder providencial no es alternativa, sino tener ciudadanos participativos, conscientes y organizados”. Definición interesante para el último presidente de México con el que se cumplió ese viejo esquema.
7. Sobre el gobierno de Zedillo dice que en el plano de la justicia estuvo marcado por “la fabricación de culpables y la siembra de cadáveres”. No como en el suyo, donde no prevalece duda alguna sobre el pulcro manejo de los casos Colosio, Ruiz Massieu, Posadas, EZLN y La Quina.